Fluir

Desde pequeña amé la literatura y escribí sin hacerlo notorio, eso me tranquilizaba a manera de bálsamo. Con el correr de los años, comencé a concurrir a Talleres Literarios: Teatro Gral. San Martín, Ricardo Rojas y otros, de mi país, República Argentina.

Posteriormente comencé a escribir y participar en diversas Antologías

en varios países del continente americano y España.

Esta nueva obra "Fluir" es mi cuarto poemario.

Lidia Leticia Risso ha participado en numeroso premios, obteniendo varios reconocimientos por su capacidad creativa, siendo finalista en la mayoría de ellos y participando en algunos como invitada especial.

Especialmente destaca su participación en el Instituto Cultural Latinoamericano con Mención Especial y Mención de Honor y en Fundación Cathedra de las Artes y las Ciencias con Primer Premio en Cartas de Amor y Creatividad en 2010, Segundo Premio en Literatura Infantil en 2011, Mención Especial al Estilo y la Creatividad en 2009 y Mención de Honor en 2012 y 2013.

Ha colaborado con las siguientes Revistas:

La Alcazaba- España
El Humo-México
Mapuche-Argentina
Palabras Diversas-España
y es integrante del REMES-España.

El Fluir de una minúscula partícula que habita en mi humilde materia y que se expone en un escaparate de feria, donde cuelgan las miserias y los andrajos, las mariposas y los escarabajos, es como sentir, el Sol en cautiverio, como un Plenilunio, que se transforma en luces, que se traslucen en figuras que producen, mucha alegría y algunos miedos, es como un compendio, donde convergen diferentes sensaciones e ilusiones repletas de misterio.

Es armonía que se enamora del viento y se asocia a cofradías de muros de lamentos.

Son historias de dolor, de gloria y de poesía, donde se mencionan las batallas ganadas y perdidas, todas ellas urdidas, por el correr de los tiempos.

Para los que sufrieron y de ello aprendieron, para los que no saben y deseen leerlo, para todos aquéllos, que alguna vez me quisieron y para los otros, los que hicieron de mi vida, un verdadero infierno.

Agradezco a la vida, porque de todo ello, aprendí a discernir, a medir mis propios tiempos, mis preciosos momentos, esos que zigzaguearon,

en complicidad con el viento.

Para los amores que marcaron mi vida y ahora están en el cielo: Papá Oscar, Mamá Leticia, para mis amadas mascotas Nahuel y Ayelén, y para los que aquí quedaron para compartir mi vida, mis hermanas queridas Delia y Mirta y mi luz de cada día, mi mascotita querida Ayum, que convierte mis días en alegrías, haciéndome olvidar de los tormentos.

Y por sobre todo, a los que hicieron posible esta realidad, gracias al Dr. Don Aníbal Ferrer y Don Emilio Pérez Delgado, el que abrió las puertas de España, mi segundo terruño.