La figura artística de Silverio Franconetti fue determinante en la configuración de los primeros estilos de cante flamenco y en su posterior desarrollo. Sabemos de su viaje a América, de sus primeros recitales, de su famoso café cantante y de los profesionales que le conocieron y que fueron sus discípulos, quienes le coronaron como Rey de los cantaores. Sin embargo, poco se ha dicho sobre las características de sus cañas, polos, “inimitables” serranas, seguidillas del sentimiento, soleares…
Las transcripciones de los cantes flamencos que se han conservado revelan aspectos imprescindibles para comprender el nacimiento y evolución del género flamenco como arte. Con ellas clarificamos la musicalidad de los cantes que aparecen a mediados del siglo XIX –con Silverio como principal artífice– y definimos los aspectos fundamentales de su escuela y su transmisión hasta la actualidad.
Asimismo se establecen diversos criterios para el análisis y la calificación de los distintos cantes flamencos, que se estructuran en familias, estilos y modalidades, según su compás, melodía y armonía.
Este libro viene a paliar una de las lagunas de la investigación flamenca, prolija en anécdotas de cantaores, biografías y letras, pero escasa en materia musical.
EL AUTOR
Guillermo Castro Buendía (Madrid, 1973) es titulado superior en la especialidad de guitarra clásica. Ha tenido una intensa vida musical en diversos campos relacionados con la música española del siglo XX, la música de vanguardia y, especialmente, el flamenco, siendo catedrático de esta última disciplina en el Conservatorio Superior de Música de Murcia. Publicó el artículo “De la petenera del Mochuelo a la de Chacón y la Niña de los Peines” en la revista universitaria de investigación La Madrugá. Actualmente, se encuentra inmerso en la realización de una tesis doctoral sobre flamenco en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia.
La figura artística de Silverio Franconetti fue determinante en la configuración de los primeros estilos de cante flamenco y en su posterior desarrollo. Sabemos de su viaje a América, de sus primeros recitales, de su famoso café cantante y de los profesionales que le conocieron y que fueron sus discípulos, quienes le coronaron como Rey de los cantaores. Sin embargo, poco se ha dicho sobre las características de sus cañas, polos, “inimitables” serranas, seguidillas del sentimiento, soleares…
Las transcripciones de los cantes flamencos que se han conservado revelan aspectos imprescindibles para comprender el nacimiento y evolución del género flamenco como arte. Con ellas clarificamos la musicalidad de los cantes que aparecen a mediados del siglo XIX –con Silverio como principal artífice– y definimos los aspectos fundamentales de su escuela y su transmisión hasta la actualidad.
Asimismo se establecen diversos criterios para el análisis y la calificación de los distintos cantes flamencos, que se estructuran en familias, estilos y modalidades, según su compás, melodía y armonía.
Este libro viene a paliar una de las lagunas de la investigación flamenca, prolija en anécdotas de cantaores, biografías y letras, pero escasa en materia musical.
EL AUTOR
Guillermo Castro Buendía (Madrid, 1973) es titulado superior en la especialidad de guitarra clásica. Ha tenido una intensa vida musical en diversos campos relacionados con la música española del siglo XX, la música de vanguardia y, especialmente, el flamenco, siendo catedrático de esta última disciplina en el Conservatorio Superior de Música de Murcia. Publicó el artículo “De la petenera del Mochuelo a la de Chacón y la Niña de los Peines” en la revista universitaria de investigación La Madrugá. Actualmente, se encuentra inmerso en la realización de una tesis doctoral sobre flamenco en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia.