Author: | Ramón Benítez Reyes | ISBN: | 9789876347846 |
Publisher: | Ediciones LEA | Publication: | December 15, 2009 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | Ramón Benítez Reyes |
ISBN: | 9789876347846 |
Publisher: | Ediciones LEA |
Publication: | December 15, 2009 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
La meditación es una vía para abrir un canal efectivo de comunicación con los ángeles. En primer lugar, nos permite detener la marcha de la vida diaria, olvidar nuestras preocupaciones y dejar que nuestra mente se libere de los pensamientos que nos abruman a cada instante. En segundo lugar, es un espacio de encuentro con nosotros mismos y con nuestra esencia, un momento reservado para el diálogo con nuestro interior. Estas dos características hacen de la meditación un vehículo ideal para llegar a los ángeles. Al meditar, nos reencontramos con nuestra esencia y somos capaces de percibir lo que los ángeles tienen para decirnos; abrimos las puertas de la percepción, comenzamos a entender que no todo es racional, que las casualidades tienen un origen, que los ángeles nos pueden hablar de mil modos distintos y que sólo depende de nosotros aprender a escuchar lo que tienen para decirnos. La meditación no es otra cosa que una forma de comunicarnos con los ángeles para pedirles protección, ayuda o consejo. Es un vínculo estrecho que entablamos con estos maravillosos seres de luz, una manera de hacerles saber que estamos listos para recibirlos en nuestra vida. Y una vez que somos capaces de recibir a los ángeles, tendremos la misma capacidad de fundirnos en la Totalidad. Meditar es dejar de lado la individualidad, abandonar el egoísmo y ser parte del Todo, ser parte de Dios. Por esa razón, meditar no es sólo una técnica de relajación: es una forma de entrar en comunión con el Universo.
La meditación es una vía para abrir un canal efectivo de comunicación con los ángeles. En primer lugar, nos permite detener la marcha de la vida diaria, olvidar nuestras preocupaciones y dejar que nuestra mente se libere de los pensamientos que nos abruman a cada instante. En segundo lugar, es un espacio de encuentro con nosotros mismos y con nuestra esencia, un momento reservado para el diálogo con nuestro interior. Estas dos características hacen de la meditación un vehículo ideal para llegar a los ángeles. Al meditar, nos reencontramos con nuestra esencia y somos capaces de percibir lo que los ángeles tienen para decirnos; abrimos las puertas de la percepción, comenzamos a entender que no todo es racional, que las casualidades tienen un origen, que los ángeles nos pueden hablar de mil modos distintos y que sólo depende de nosotros aprender a escuchar lo que tienen para decirnos. La meditación no es otra cosa que una forma de comunicarnos con los ángeles para pedirles protección, ayuda o consejo. Es un vínculo estrecho que entablamos con estos maravillosos seres de luz, una manera de hacerles saber que estamos listos para recibirlos en nuestra vida. Y una vez que somos capaces de recibir a los ángeles, tendremos la misma capacidad de fundirnos en la Totalidad. Meditar es dejar de lado la individualidad, abandonar el egoísmo y ser parte del Todo, ser parte de Dios. Por esa razón, meditar no es sólo una técnica de relajación: es una forma de entrar en comunión con el Universo.