Author: | Vianka Van Bokkem | ISBN: | 9781498938624 |
Publisher: | Domus Supernaturalis | Publication: | April 13, 2015 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | Vianka Van Bokkem |
ISBN: | 9781498938624 |
Publisher: | Domus Supernaturalis |
Publication: | April 13, 2015 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
Cuando tenía trece años, una peste mortal se propagó entre los humanos por toda Bulgaria. Las muertes comenzaron a sucederse en cantidades alarmantes. Nerina, mi hermana mayor, tenía quince años. Nosotras no resultamos infectadas porque somos vampiras. Los sobrevivientes tomaron asilo en otros países, dejándonos a mi hermana y a mí sin humanos para alimentarnos.
Una noche, estábamos cazando osos pardos, cuando nos encontramos con un hombre lobo, quien devoraba un chacal dorado. Tratamos de ignorarlo y continuar nuestra cacería, pero él dejó entrever su naturaleza territorial gruñéndonos de forma desafiante. Nerina y yo detuvimos el paso y nos dimos vuelta para enfrentarlo.
Mi hermana aceptó el reto y rápidamente empezaron a luchar en el suelo. Yo estaba preparándome para ayudarla, cuando ella sujetó con fuerza el cuello del hombre lobo y comenzó a chupar su sangre. Nerina me miró y me hizo una seña con la mano para que me acercara. Apenas estuve lo suficientemente cerca del hombre lobo, hinqué mis colmillos en su cuello grueso y empecé a alimentarme de él también. Su sangre era más deliciosa que la humana.
Esa noche desarrollamos un gusto por la sangre licántropa.
Cuando tenía trece años, una peste mortal se propagó entre los humanos por toda Bulgaria. Las muertes comenzaron a sucederse en cantidades alarmantes. Nerina, mi hermana mayor, tenía quince años. Nosotras no resultamos infectadas porque somos vampiras. Los sobrevivientes tomaron asilo en otros países, dejándonos a mi hermana y a mí sin humanos para alimentarnos.
Una noche, estábamos cazando osos pardos, cuando nos encontramos con un hombre lobo, quien devoraba un chacal dorado. Tratamos de ignorarlo y continuar nuestra cacería, pero él dejó entrever su naturaleza territorial gruñéndonos de forma desafiante. Nerina y yo detuvimos el paso y nos dimos vuelta para enfrentarlo.
Mi hermana aceptó el reto y rápidamente empezaron a luchar en el suelo. Yo estaba preparándome para ayudarla, cuando ella sujetó con fuerza el cuello del hombre lobo y comenzó a chupar su sangre. Nerina me miró y me hizo una seña con la mano para que me acercara. Apenas estuve lo suficientemente cerca del hombre lobo, hinqué mis colmillos en su cuello grueso y empecé a alimentarme de él también. Su sangre era más deliciosa que la humana.
Esa noche desarrollamos un gusto por la sangre licántropa.