Acompañé a la payasa Feli, alias Isabel Donald-Schneider, a lo largo de todo un año como fotógrafo en un hospicio para niños. Pude así observar como ella, como payasa, sacaba emociones de los niños, los apartaba de la melancolía de su día a día y les daba un espacio. Fue a partir de esta experiencia que nació este libro ilustrado, el cual muestra aspectos virtualmente desconocidos de la vida en un hospicio: la risa de los niños, que a veces es ruidosa, pero también momentos de silencio infinito.
Acompañé a la payasa Feli, alias Isabel Donald-Schneider, a lo largo de todo un año como fotógrafo en un hospicio para niños. Pude así observar como ella, como payasa, sacaba emociones de los niños, los apartaba de la melancolía de su día a día y les daba un espacio. Fue a partir de esta experiencia que nació este libro ilustrado, el cual muestra aspectos virtualmente desconocidos de la vida en un hospicio: la risa de los niños, que a veces es ruidosa, pero también momentos de silencio infinito.