Ménage à trois

—¿Quién es?
—Marco —respondí entre jadeos.
—Arrodíllate —gruñó Charles.
Me arrodillé mientras él me empujaba hacia adelante. Noté cómo se metió dentro de mí y gemí de placer cuando empezó a moverse. Marco dejó el violín sobre el piano y se acercó hasta donde Charles me estaba follando. Lo observé desabrocharse los pantalones mientras la orquesta continuaba tocando con un tempo casi frenético. Se me secó la boca al contemplarlo en todo su esplendor. Charles y él tenían la misma constitución, aunque Marco era más alto. Rápidamente dirigí la mirada hacia la parte que esperaba toda mi atención. Tenía razón. Era larga y gorda. Se acercó hacia nosotros sin prisas y se arrodilló frente a mí.
—Venera al Dios de la Música —dijo Charles desde detrás.
Me giré para echarle un vistazo rápido antes de meterme la polla de Marco en...