Author: | Salvatore Poeta | ISBN: | 9781463312794 |
Publisher: | Palibrio | Publication: | December 2, 2011 |
Imprint: | Palibrio | Language: | English |
Author: | Salvatore Poeta |
ISBN: | 9781463312794 |
Publisher: | Palibrio |
Publication: | December 2, 2011 |
Imprint: | Palibrio |
Language: | English |
El ttulo de esta coleccin potica tiene menos que ver con un patriotismo explcitamente poltico que con la trayectoria de la asimilacin de su autor a las tres culturas representadas. Inmigr a Estados Unidos desde mi Piazza Armerina nativa a los seis aos de edad, para corretear en las calles y rascacielos de Nueva York. Mi madre, Salvatrice, y dos hermanos, Mara y Concetto, tardamos once das en cruzar el Atlntico a bordo del Giulio Cesare para reunirnos con nuestro padre, Filippo, quien haba hecho el viaje dos aos antes a bordo de la Bianca Mano. A los nueve meses nacera mi tercera y ms joven hermana, Roseann, la cual nos servira simblicamente para anclarnos ya defi nitivamente en nuestra nueva tierra. No sabiendo la lengua y desconociendo la cultura norteamericana el proceso de asimilacin, desde luego, fue lento y no sin sus peridicas peleas y traumas con vecinos y compaeros. No me daba cuenta entonces que estos mismos muchachos con quienes peleaba casi diariamente acabaran ms tarde siendo mis ms fi eles y queridos amigos; entre ellos Carmine Glorioso que muri, a mi misma edad de diez aos, atropellado por un coche mientras cruzaba el Sunrise Highway, en Long Island, Nueva York. Todava hoy da siento el estrecho y desesperante abrazo de un padre lloroso en la sala del funeral, como si tratara de recuperar en mi cuerpo el cuerpecito destrozado de su propio hijo ante la inevitable realidad de que dentro de pocos das tendra que devolverle a la tierra lo suyo. No hara falta decir que, despecho a mis tiernos diez aos de edad, tuve muy serias discusiones con un Dios cuya insensata y arbitraria crueldad no lograba entender en aquella poca. Hoy da agradezco a ese mismo Dios la viva presencia de Carmine, cuyo compaerismo espiritual sigue a mi lado y al cual me dirijo frecuentemente en busca de consolacin en mis momentos de mayor desolacin. Me sent atrado al espaol por primera vez en la escuela media. No recuerdo precisamente si fuera a causa de los muchachos que llegaban, como yo anteriormente, a mis clases de otras tierras para sentarse a mi lado, como especies de sordomudos, sin poder entender ni responder a las ruidosas garruleras que pretendan ser ingls, o simplemente porque el espaol me sonaba al italiano y, as, a algo por fi n familiar. De todos modos, yo me pona al servicio de estos chicos traduciendo continuamente entre ellos y los maestros. Mi capacidad como traductor ofi cial de la clase me gan algunas amistades entre los recin llegados de la tierra que habamos dejado atrs. Tambin ganaba en que estos servicios hacan que me sintiera algo menos extranjero en mi recin adoptada tierra. Termin la escuela secundaria ya decidido a ser maestro de lenguas extranjeras; ms concretamente del italiano y del espaol. Y as fue. Hoy da soy profesor de lengua y literatura espaolas en Villanova University, en Pennsylvania, casado con mi amada esposa Valerie, y con dos esplndidas y bonitas hijas Lauren y Kristen. Despecho a lo que he vivido y sufrido en este nuevo mundo, nunca he tomado por hecho el entraable reconocimiento de que todo lo que he pensado, sentido y logrado hasta el momento lo debo a esa singular decisin de mis padres de abandonar su tierra nativa para emprender aquel largo viaje a travs del Atlntico, en busca de una nueva aunque desconocida suerte en aquella tierra al otro lado del mundo; en aquella tierra de grandes promesas y oportunidades, en estos Estados Unidos de Amrica.
El ttulo de esta coleccin potica tiene menos que ver con un patriotismo explcitamente poltico que con la trayectoria de la asimilacin de su autor a las tres culturas representadas. Inmigr a Estados Unidos desde mi Piazza Armerina nativa a los seis aos de edad, para corretear en las calles y rascacielos de Nueva York. Mi madre, Salvatrice, y dos hermanos, Mara y Concetto, tardamos once das en cruzar el Atlntico a bordo del Giulio Cesare para reunirnos con nuestro padre, Filippo, quien haba hecho el viaje dos aos antes a bordo de la Bianca Mano. A los nueve meses nacera mi tercera y ms joven hermana, Roseann, la cual nos servira simblicamente para anclarnos ya defi nitivamente en nuestra nueva tierra. No sabiendo la lengua y desconociendo la cultura norteamericana el proceso de asimilacin, desde luego, fue lento y no sin sus peridicas peleas y traumas con vecinos y compaeros. No me daba cuenta entonces que estos mismos muchachos con quienes peleaba casi diariamente acabaran ms tarde siendo mis ms fi eles y queridos amigos; entre ellos Carmine Glorioso que muri, a mi misma edad de diez aos, atropellado por un coche mientras cruzaba el Sunrise Highway, en Long Island, Nueva York. Todava hoy da siento el estrecho y desesperante abrazo de un padre lloroso en la sala del funeral, como si tratara de recuperar en mi cuerpo el cuerpecito destrozado de su propio hijo ante la inevitable realidad de que dentro de pocos das tendra que devolverle a la tierra lo suyo. No hara falta decir que, despecho a mis tiernos diez aos de edad, tuve muy serias discusiones con un Dios cuya insensata y arbitraria crueldad no lograba entender en aquella poca. Hoy da agradezco a ese mismo Dios la viva presencia de Carmine, cuyo compaerismo espiritual sigue a mi lado y al cual me dirijo frecuentemente en busca de consolacin en mis momentos de mayor desolacin. Me sent atrado al espaol por primera vez en la escuela media. No recuerdo precisamente si fuera a causa de los muchachos que llegaban, como yo anteriormente, a mis clases de otras tierras para sentarse a mi lado, como especies de sordomudos, sin poder entender ni responder a las ruidosas garruleras que pretendan ser ingls, o simplemente porque el espaol me sonaba al italiano y, as, a algo por fi n familiar. De todos modos, yo me pona al servicio de estos chicos traduciendo continuamente entre ellos y los maestros. Mi capacidad como traductor ofi cial de la clase me gan algunas amistades entre los recin llegados de la tierra que habamos dejado atrs. Tambin ganaba en que estos servicios hacan que me sintiera algo menos extranjero en mi recin adoptada tierra. Termin la escuela secundaria ya decidido a ser maestro de lenguas extranjeras; ms concretamente del italiano y del espaol. Y as fue. Hoy da soy profesor de lengua y literatura espaolas en Villanova University, en Pennsylvania, casado con mi amada esposa Valerie, y con dos esplndidas y bonitas hijas Lauren y Kristen. Despecho a lo que he vivido y sufrido en este nuevo mundo, nunca he tomado por hecho el entraable reconocimiento de que todo lo que he pensado, sentido y logrado hasta el momento lo debo a esa singular decisin de mis padres de abandonar su tierra nativa para emprender aquel largo viaje a travs del Atlntico, en busca de una nueva aunque desconocida suerte en aquella tierra al otro lado del mundo; en aquella tierra de grandes promesas y oportunidades, en estos Estados Unidos de Amrica.